ARTÍCULOS | RECURSOS DE IMPACTO

Innovar ya no es suficiente: pirámide del impacto positivo

octubre 26, 2022

Francisco Palao, Fundador Purpose Alliance y autor del libro Impacto Positivo.

Recuerdo perfectamente cuando, hace unos veinte años, escuchaba con bastante frecuencia que “el marketing ya no es suficiente”. Ya no bastaba con promocionar y posicionar adecuadamente en el mercado nuestros productos, sino que también empezaba a ser clave mejorar nuestra oferta para aportar un valor diferencial a nuestros clientes. El marketing seguía siendo importante, pero ya no era lo único que había que hacer bien, había que ir un paso más allá, había que innovar.

Actualmente estamos comenzando a vivir un momento de inflexión similar que está dejando la innovación en un segundo plano. En este artículo describiré por qué la innovación ya no es suficiente y explicaré cuál es el siguiente paso que nos toca dar ahora.

Hoy en día tenemos acceso a más conocimiento y a más tecnologías de las que jamás hubiéramos sido capaces de imaginar hace un tiempo. Literalmente, desde la palma de nuestra mano, todos nosotros tenemos acceso a una abundancia de información a la que hace unos años ni si quiera podían aspirar las personas que contaban con más recursos económicos y posibilidades. La mayoría de las personas tenemos teléfonos móviles con una capacidad de procesamiento millones de veces mayor que la del supercomputador del Apolo 11, la nave de la NASA que llevó al primer hombre a la Luna. Durante los diez últimos años se han lanzado al mercado una cantidad mayor de productos innovadores a la que se habían creado durante los cien años anteriores. No hay duda de que la tecnología y la innovación han sido uno de principales motores que han acelerado nuestra sociedad durante el siglo XXI.

Sin embargo, la humanidad está viviendo una situación paradójica. A pesar de toda la tecnología y la innovación que se ha creado en el mundo, seguimos enfrentando todo tipo de retos: cambio climático, desigualdad social, conflictos bélicos, y mucho más. ¿Realmente estamos avanzando como civilización?

Para tratar de responder esta cuestión, sería bueno recordar una de las lecciones que nos dejó la famosa antropóloga Margaret Mead. En una de sus clases, una de sus alumnas le formuló la siguiente pregunta: ¿Cuál fue la primera señal que encontramos de civilización humana? Cualquiera de nosotros habría pensado que podría haberse tratado de una cuchara, un cuenco o, en definitiva, algún tipo de ‘tecnología’ de la época. Sin embargo, Margaret sorprendió a todos con su respuesta. Según Mead, la primera señal de civilización humana que se encontró fue un fémur que había sido soldado de manera natural.

Margaret contó que en el reino animal si un mamífero se parte el fémur, está condenado a la muerte porque ya no puede desplazarse para alimentarse ni para protegerse de los depredadores. Sin embargo, el hecho de haber encontrado un fémur que había sanado de manera natural quería decir que la persona que se había fracturado la pierna había sobrevivido a tal incidente, gracias a que otros individuos lo habían ayudado. Margaret Mead explicó que “ayudar a alguien a atravesar dificultades es el punto de partida de la civilización”. Es decir, el avance de nuestra civilización no es una cuestión tecnológica, sino de mentalidad. Evolucionamos como especie civilizada a media que cambiamos nuestra manera de ver el mundo y actuamos para mejorarlo.

Recuerdo perfectamente cuando, hace unos veinte años, escuchaba con bastante frecuencia que “el marketing ya no es suficiente”. Ya no bastaba con promocionar y posicionar adecuadamente en el mercado nuestros productos, sino que también empezaba a ser clave mejorar nuestra oferta para aportar un valor diferencial a nuestros clientes. El marketing seguía siendo importante, pero ya no era lo único que había que hacer bien, había que ir un paso más allá, había que innovar.

Actualmente estamos comenzando a vivir un momento de inflexión similar que está dejando la innovación en un segundo plano. En este artículo describiré por qué la innovación ya no es suficiente y explicaré cuál es el siguiente paso que nos toca dar ahora.

Hoy en día tenemos acceso a más conocimiento y a más tecnologías de las que jamás hubiéramos sido capaces de imaginar hace un tiempo. Literalmente, desde la palma de nuestra mano, todos nosotros tenemos acceso a una abundancia de información a la que hace unos años ni si quiera podían aspirar las personas que contaban con más recursos económicos y posibilidades. La mayoría de las personas tenemos teléfonos móviles con una capacidad de procesamiento millones de veces mayor que la del supercomputador del Apolo 11, la nave de la NASA que llevó al primer hombre a la Luna. Durante los diez últimos años se han lanzado al mercado una cantidad mayor de productos innovadores a la que se habían creado durante los cien años anteriores. No hay duda de que la tecnología y la innovación han sido uno de principales motores que han acelerado nuestra sociedad durante el siglo XXI.

Sin embargo, la humanidad está viviendo una situación paradójica. A pesar de toda la tecnología y la innovación que se ha creado en el mundo, seguimos enfrentando todo tipo de retos: cambio climático, desigualdad social, conflictos bélicos, y mucho más. ¿Realmente estamos avanzando como civilización?

Para tratar de responder esta cuestión, sería bueno recordar una de las lecciones que nos dejó la famosa antropóloga Margaret Mead. En una de sus clases, una de sus alumnas le formuló la siguiente pregunta: ¿Cuál fue la primera señal que encontramos de civilización humana? Cualquiera de nosotros habría pensado que podría haberse tratado de una cuchara, un cuenco o, en definitiva, algún tipo de ‘tecnología’ de la época. Sin embargo, Margaret sorprendió a todos con su respuesta. Según Mead, la primera señal de civilización humana que se encontró fue un fémur que había sido soldado de manera natural.

Margaret contó que en el reino animal si un mamífero se parte el fémur, está condenado a la muerte porque ya no puede desplazarse para alimentarse ni para protegerse de los depredadores. Sin embargo, el hecho de haber encontrado un fémur que había sanado de manera natural quería decir que la persona que se había fracturado la pierna había sobrevivido a tal incidente, gracias a que otros individuos lo habían ayudado. Margaret Mead explicó que “ayudar a alguien a atravesar dificultades es el punto de partida de la civilización”. Es decir, el avance de nuestra civilización no es una cuestión tecnológica, sino de mentalidad. Evolucionamos como especie civilizada a media que cambiamos nuestra manera de ver el mundo y actuamos para mejorarlo.

Los retos de la humanidad son las mayores oportunidades

En este sentido, volviendo a tener presente los retos a los que se enfrenta la humanidad, es importante ver las cosas de un modo diferente. Para ello, me gusta siempre recordar a Peter Diamandis, que nos dice que “los mayores retos de la humanidad son, al mismo tiempo, las mayores oportunidades de negocio”. Es decir, no solamente es posible mejorar el mundo al mismo tiempo que mejoramos nuestro negocio, sino que la mejor manera de impulsar nuestros negocios es precisamente tratando de crear un mundo mejor.

Cada día son más las organizaciones que definen un propósito (de manera complementaria a su visión y a su misión) para expresar el modo en el que quieren contribuir de un modo positivo al mundo. También estamos viendo como están surgiendo comunidades como BCorp o Purpose Alliance en línea con esta tendencia, ya que está demostrado que el impacto positivo generado por las organizaciones orientadas a propósito es doble: en el mundo y en sus propios negocios.

Un ejemplo es Google, cuyo propósito es ‘digitalizar y democratizar el acceso a la información’, que con el tiempo se ha convertido en un ecosistema orientado a propósito creando alrededor del mismo una serie de iniciativas que tratan de solucionar los retos que separan la realidad del propósito de la organización (tal y como conté en detalle en el post titulado “Las industrias crean escasez, el propósito genera abundancia”). También podemos poner como ejemplo a Tesla, cuyo propósito es ‘acelerar la transición del mundo hacia un modelo de energía sostenible’ y que también se ha convertido en un ecosistema en el que coexisten una serie de productos y de servicios que han conseguido que su capitalización bursátil sea mayor a la de la suma de todos sus competidores. ¿Cómo ha llegado a conseguir esto Tesla en tan solo unos años?

En este sentido, volviendo a tener presente los retos a los que se enfrenta la humanidad, es importante ver las cosas de un modo diferente. Para ello, me gusta siempre recordar a Peter Diamandis, que nos dice que “los mayores retos de la humanidad son, al mismo tiempo, las mayores oportunidades de negocio”. Es decir, no solamente es posible mejorar el mundo al mismo tiempo que mejoramos nuestro negocio, sino que la mejor manera de impulsar nuestros negocios es precisamente tratando de crear un mundo mejor.

Cada día son más las organizaciones que definen un propósito (de manera complementaria a su visión y a su misión) para expresar el modo en el que quieren contribuir de un modo positivo al mundo. También estamos viendo como están surgiendo comunidades como BCorp o Purpose Alliance en línea con esta tendencia, ya que está demostrado que el impacto positivo generado por las organizaciones orientadas a propósito es doble: en el mundo y en sus propios negocios.

Un ejemplo es Google, cuyo propósito es ‘digitalizar y democratizar el acceso a la información’, que con el tiempo se ha convertido en un ecosistema orientado a propósito creando alrededor del mismo una serie de iniciativas que tratan de solucionar los retos que separan la realidad del propósito de la organización (tal y como conté en detalle en el post titulado “Las industrias crean escasez, el propósito genera abundancia”). También podemos poner como ejemplo a Tesla, cuyo propósito es ‘acelerar la transición del mundo hacia un modelo de energía sostenible’ y que también se ha convertido en un ecosistema en el que coexisten una serie de productos y de servicios que han conseguido que su capitalización bursátil sea mayor a la de la suma de todos sus competidores. ¿Cómo ha llegado a conseguir esto Tesla en tan solo unos años?

La Pirámide del Impacto Positivo

Para entender lo que está ocurriendo me gustaría presentar y describir la Pirámide del Impacto Positivo, que también podréis encontrar en mi libro Impacto Positivo. Se trata de un modelo que se asemeja a la pirámide de las jerarquías humanas (también conocida como la Pirámide de Maslow) aunque, en este caso, aplicada a las organizaciones. La Pirámide del Impacto Positivo presenta una serie de niveles evolutivos a los que una organización puede llegar para maximizar sus resultados e impacto positivo, siendo imprescindible alcanzar los niveles por orden de manera que solo se podrá subir al siguiente nivel si se han conseguido previamente los anteriores. Lo explico a continuación con más detalle.

La base de cualquier organización consiste en tener un buen producto que ofrezca valor real a sus clientes y para ello será necesario innovar, pero como ya hemos explicado anteriormente esto no será suficiente para llevar nuestra organización a su máximo potencial, ya que todavía nos quedan varios niveles por encima del Producto que alcanzar. Del mismo modo que ocurre con la Pirámide de Maslow, solo podremos ascender al siguiente nivel si los anteriores han sido alcanzados. Por lo tanto, una vez que tenemos un buen Producto seremos capaces de generar beneficios (Profit) que nos permitirán ser sostenibles como organización. Sin embargo, no solamente debemos de ser sostenibles a nivel económico, sino que hoy en día todos sabemos que debemos ser sostenibles con la sociedad (People) y con el Medioambiente (Planet); esta triple sostenibilidad es la que nos permitirá operar una organización hoy sin consumir los recursos del mañana. De hecho, recordando de nuevo todos los retos a los que nos enfrentamos, ya no basta con ser sostenible, sino que es importante mejorar el mundo en el que vivimos. Es precisamente la última capa, el Propósito, la que nos permitirá orientar nuestras acciones para generar un impacto positivo en el mundo y, al mismo tiempo, en nuestro negocio.

En definitiva, solo aquellas organizaciones que cuenten con un buen Producto podrán generar Beneficios (Profit), lo que permitirá ser sostenibles a nivel Social (People) y Medioambiental (Planet). Y solo aquellas organizaciones que operen de un modo sostenible serán aquellas que podrán decir que están orientadas a Propósito, creando así un Impacto Positivo en el mundo y en su propio negocio.

Para entender lo que está ocurriendo me gustaría presentar y describir la Pirámide del Impacto Positivo, que también podréis encontrar en mi libro Impacto Positivo. Se trata de un modelo que se asemeja a la pirámide de las jerarquías humanas (también conocida como la Pirámide de Maslow) aunque, en este caso, aplicada a las organizaciones. La Pirámide del Impacto Positivo presenta una serie de niveles evolutivos a los que una organización puede llegar para maximizar sus resultados e impacto positivo, siendo imprescindible alcanzar los niveles por orden de manera que solo se podrá subir al siguiente nivel si se han conseguido previamente los anteriores. Lo explico a continuación con más detalle.

La base de cualquier organización consiste en tener un buen producto que ofrezca valor real a sus clientes y para ello será necesario innovar, pero como ya hemos explicado anteriormente esto no será suficiente para llevar nuestra organización a su máximo potencial, ya que todavía nos quedan varios niveles por encima del Producto que alcanzar. Del mismo modo que ocurre con la Pirámide de Maslow, solo podremos ascender al siguiente nivel si los anteriores han sido alcanzados. Por lo tanto, una vez que tenemos un buen Producto seremos capaces de generar beneficios (Profit) que nos permitirán ser sostenibles como organización. Sin embargo, no solamente debemos de ser sostenibles a nivel económico, sino que hoy en día todos sabemos que debemos ser sostenibles con la sociedad (People) y con el Medioambiente (Planet); esta triple sostenibilidad es la que nos permitirá operar una organización hoy sin consumir los recursos del mañana. De hecho, recordando de nuevo todos los retos a los que nos enfrentamos, ya no basta con ser sostenible, sino que es importante mejorar el mundo en el que vivimos. Es precisamente la última capa, el Propósito, la que nos permitirá orientar nuestras acciones para generar un impacto positivo en el mundo y, al mismo tiempo, en nuestro negocio.

En definitiva, solo aquellas organizaciones que cuenten con un buen Producto podrán generar Beneficios (Profit), lo que permitirá ser sostenibles a nivel Social (People) y Medioambiental (Planet). Y solo aquellas organizaciones que operen de un modo sostenible serán aquellas que podrán decir que están orientadas a Propósito, creando así un Impacto Positivo en el mundo y en su propio negocio.

Doble Impacto Positivo

¿Por qué decimos que al crear un impacto positivo en el mundo también lo creamos en nuestro propio negocio?

En primer lugar, es importante tener en cuenta que las organizaciones orientadas a propósito cuentan cada vez más con un mayor mercado potencial ya que la sociedad cada vez está más concienciada con los retos globales y locales a los que nos enfrentamos, lo que marca también sus preferencias de consumo. En otras palabras, los clientes cada vez consumen más de aquellas marcas que están en línea con sus valores y principios.

En segundo lugar, recordando los ejemplos anteriores podemos observar como las organizaciones que llegan a lo más alto de la Pirámide del Impacto Positivo son las que crean distintos productos y servicios vinculados a su propósito, desbloqueando así una cantidad de oportunidades que las hacen ser más relevantes para el mundo, conectando con una abundancia de oportunidades y ampliando su negocio de manera continua.

De hecho, como puede verse en la imagen, las organizaciones que solo se centran en obtener un beneficio económico no llegan a desarrollar todo su potencial. Precisamente estas son las organizaciones que siguen centradas en innovar solamente para aumentar sus beneficios y, como hemos explicado anteriormente y puede observarse en el diagrama gráficamente, esto ya no es suficiente.

Las organizaciones que realmente se orientan a propósito pueden acceder a una abundancia de oportunidades que multiplica su impacto y sus resultados.

El propósito describe el motivo por el que una organización existe dando una visualización positiva del mundo. Al mismo tiempo, para cada propósito, podemos encontrar una serie de retos a los que la organización y el mundo se debe de enfrentar para hacerlo realidad, de manera que cada uno de estos retos puede convertirse potencialmente en una nueva iniciativa, producto o servicio que multiplicará el valor de la organización para el mundo y sus resultados; todo en línea con su propio propósito. Cada una de estas iniciativas, alrededor del propósito, son las que se pueden observar en la figura a continuación.

Volviendo al ejemplo de Tesla, estos son precisamente dos de los factores que han hecho que la compañía haya aumentado tanto su valor en los últimos años. Por un lado, vemos como existe un gran apoyo de la comunidad por parte de personas que están convencidas de la transición energética y son clientes de la compañía por su alineación en propósito. Por otro lado, el propósito de Tesla (“acelerar la transición del mundo hacia un modelo de energía sostenible”) la ha llevado a resolver distintos retos que, al mismo tiempo, se han convertido en oportunidades de negocio. Tesla crea una línea de vehículos eléctricos para resolver los retos energéticos a nivel de movilidad, lanza una línea de placas solares para resolver los retos energéticos a nivel de generación en el hogar e incluso cuenta con sus propias baterías domésticas para resolver los retos energéticos a nivel de almacenamiento. Todas estas iniciativas, entre otras, han hecho que Tesla se consolide como un ecosistema orientado a propósito, maximizando así su impacto en el mundo y en su propio negocio.

Evidentemente, la evolución de una organización tradicional (que solamente innova) hacia una organización más moderna (que crea un impacto positivo) no es sencilla. Entre otros retos, nos encontramos que una organización que trata de evolucionar siempre se encuentra con una resistencia del sistema inmunitario. En mis próximos posts seguiré hablando sobre cómo conseguir evolucionar una organización existente y, por supuesto, en el libro Impacto Positivo lo describo en detalle. Lo que sí me gustaría adelantar es que la clave para evolucionar una organización (o incluso para desarrollar una startup adecuadamente) no será implementar la última tecnología ni aplicar distintos procesos de innovación, sino evolucionar la mentalidad de toda la organización (la buena noticia es que se puede conseguir).

De ti depende ver el mundo con lentes orientadas exclusivamente al beneficio y utilizar la innovación para mejorar tus productos o, más allá de esto, ponerte las lentes de impacto para utilizar la innovación para mejorar el mundo y tus propias iniciativas. Ha llegado el momento de llevar nuestra civilización al siguiente nivel. Ahora nos toca crear nuevas startups y evolucionar las organizaciones existentes para dar respuesta a los retos a los que se enfrenta la humanidad.

La innovación ya no es suficiente, ha llegado la hora de ir un paso más allá.

¡Bienvenidos a la era del Impacto Positivo!

– Francisco Palao

Leave A Comment

Artículos relacionados

  • ARTÍCULO

    Del teatro de la innovación al impacto real | TEDxGranada

  • ARTÍCULO

    ¡Es hora de terminar con el teatro de la innovación! Y esto es lo que hace falta…

  • ARTÍCULO

    Innovar ya no es suficiente: pirámide del impacto positivo

  • Impacto Positivo

    ARTÍCULO

    Libro Impacto Positivo. ¡Vayamos un paso más allá!

  • Purpose Manifesto Authors

    ARTÍCULO

    El Manifesto del Propósito

  • Purpose oriented ecosystem

    ARTÍCULO

    Las industrias crean escasez, el propósito genera abundancia